La Escuela Rusa fue fundada en San Petersburgo en 1738 por el bailarin francés Jean Baptiste Lande.
La escuela rusa primero tuvo su influencia de la técnica de Francia, pero a mitad del siglo XIX había adquirido un aspecto internacional por la influencia de artistas internacionales. A principios de la segunda mitad del siglo XIX el Ballet clásico ruso fue dominado por el francés Marius Petipa y el sueco Christian Johannsen. Entonces en 1874 Enrico Cecchetti, el gran exponente de la Escuela italiana, llegó en Rusia. Estos tres hombres trabajaron sobre las generaciones de bailarines rusos, desarrollando el gran ballet clásico ruso, haciéndolo tan importante como el sistema italiano o francés. La influencia francesa fue continuada por grandes profesores como Carlos Picq, Carlos Didelot, Christian Johanssen, Jules Perrot, Arthur Saint-Léon y Marius Petipa. En 1885 Virginia Zucchi, una bailarina famosa italiana, apareció en San Petersburgo y creó sensación con su técnica Italiana, poderosa y brillante que se diferenciaba de la elegancia suave, llena de gracia de la técnica francesa, frecuente en Rusia hasta entonces. Otros bailarines italianos como Enrico Cecchetti llegaron en Rusia y siguieron asombrando a los rusos con su destreza asombrosa, piruetas brillantes, grandes desplazamientos y fouettés. Los bailarines rusos rápidamente absorbieron todo lo que los italianos les enseñaban y lo incorporaron a su propio sistema ruso. Así, la Escuela rusa de Ballet clásico es un desarrollo de las Escuelas francesa, italiana y danesa. Durante 1920 la bailarina rusa y profesora Agrippina Vaganova desarrolla un sistema planeado y estructurado de instrucción que más tarde se conoció en el mundo entero como el "sistema Vaganova". Este sistema se convirtió en el método básico de la escuela coreográfica soviética.
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